18/1/09

RECONOCER LA REALIDAD DESDE EL CORAZÓN

Existen dos formas básicas de enfocar la realidad y por lo tanto también la Geobiología, la primera utiliza en exclusiva los análisis racionales, la segunda responde a los dictados del corazón. Corazón y razón no tienen porque ser términos antagónicos, ambos tienen sus propios espacios de actuación y ambos pueden actuar sincronizados. En nuestra sociedad hemos dado una excesiva importancia a los contenidos intelectuales olvidando a menudo que a algunos ámbitos de la realidad solamente se accede a través de la observación sin juicio, desde la intuición y el sentir. Uno de estos ámbitos atañe directamente a la Geobiología.


La Geobiología tiene mucho que ver con la Madre Tierra, con ese ser excelso que nos acoge y que es cómplice de nuestra propia evolución. Hoy la MadreTierra está triste y enferma.

Los antiguos conocían esta verdad de la realidad de la Tierra como ser vivo, como madre que había que cuidar y respetar. Así algunas tribus cultivaban la tierra con azadas de cobre para no dañar a la madre. Un terrón de tierra sobre la cabeza garantizaba la seriedad de una promesa. Los indios no querían ser agricultores para no hurgar en la piel de la madre.

La humanidad ha roto la conexión con la Madre y como consecuencia el panorama que presenta tanto el ser humano como el planeta que lo acoge es sencillamente desolador. Basta con asomarse a las portadas de los periódicos de cualquier día del año para hacernos conscientes de lo que sucede en nuestro alrededor.

Pienso que en este momento histórico urge aportar nuestro humilde pero fundamental granito de arena que contribuya a alcanzar la masa crítica necesaria para promover un cambio en nuestras relaciones con nosotros mismos y con el entorno.

Desearía que este blog fuera un medio de expresión, información e intercambio capaz de suscitar nuevos impulsos espirituales desde una mayor consciencia de nuestra realidad como seres humanos hijos todos sin exclusión, de una Madre que agoniza y en cuyo seno se desarrolla el inescrutable y apasionante misterio de la vida